Como he dicho anteriormente, en esta nueva etapa en
Impresionarte se abarcarán nuevos contenidos. Mi objetivo es ampliar la
temática a otros ámbitos más allá de las Bellas Artes; así que, sin más rodeos,
hoy nos centraremos en el séptimo de los artes con Georges Méliès a través de
la exposición de CaixaForum de Madrid “Georges Méliès: la magia del cine”.
George Méliès fue un director de cine
francés de finales del s. XIX principios del XX, etapa en la que el cine estaba
empezando a descubrirse con el surgimiento del cinematógrafo de los hermanos
Lumière, que solían hacer películas de escenas reales como la entrada de un
tren a una estación. Sin embargo, Georges Méliès –que anteriormente había sido
mago- fascinado por el funcionamiento del cinematógrafo, se hizo con uno de
ellos y empezó a trabajar en el cine; su
gran aportación fue la introducción de la fantasía a partir del trucaje. Méliès
era un auténtico entusiasta de todas las oportunidades que ofrecía el cine para
crear magia: manipulaba el celuloide cortándolo, superponiendo planos,
pintándolo a mano para que sus cintas tuviesen color…
De este modo, Georges Méliès empezó a
obtener la fama como un gran cineasta innovador. Sus primeras películas fueron
en el año 1896 con La mansión del diablo o Escamoteo de una dama en el
Robert-Houdin, aunque el éxito definitivo fue Viaje a la Luna, inspirada en las
historias de Julio Verne.
Fue tal el éxito que obtuvo Méliès que
mandó construir en Montreuil su propio estudio de cine, todo acristalado, en donde
se rodaron más de 50 películas y la magia de su cine se hacía realidad.
Sin embargo, Georges Méliès es otro de los
muchos artistas que no tuvieron el final que se merecían. Con la llegada de las
grandes productoras y nuevos cineastas junto a la I Guerra Mundial, Georges
Méliès quedó arruinado y olvidado. Tuvo que vender su propiedad de Montreuil y
se vio relegado a tener que trabajar como vendedor de juguetes en la estación
de Montparnasse para poder vivir.
Sin embargo, la historia no es del todo
amarga, pues poco después un periodista lo reconoció y se organizó una gala en su honor en la
sala Pleyel en 1929, donde pudieron proyectarse diez de sus películas.
La historia de este cineasta es realmente
interesante y sorprendente. En ella podemos ver también cómo funciona la
sociedad y la fama, pues un día estás en lo más alto y al siguiente caes en
picado. Por lo menos ahora, Méliès vuelve a tener el reconocimiento que se
merece.
Así pues, recomiendo totalmente la exposición de CaixaForum de Madrid, que durará hasta el 8 de diciembre. Ahora os dejo con tres de sus cortometrajes: L'homme a la tête en caoutchou, Un homme de têtes y Le Voyage dans la lune.
¡Que los disfrutéis!
Ahora os dejo con el vídeo de la exposición =)
Elena:
ResponderEliminarEl cine, ¡qué maravilla!, ¡Cuánta belleza!, ¡cuánta emoción!, ¡cuánto arte! La gente de mi generación hemos tenido en el cine el gran vínculo con el mundo. Aquel neorrealismo italiano de la postguerra, la gran comedia, el cine negro norteamericano y, sobre todo, «La Reina de África» y su inolvidable pareja. Sí, vivan los hermanos Lumière y viva Georges Méliès adelantándose a los astronautas en llegar a la luna.
Gracias por el cine.
Un saludo,
Cecilio
Que buen artículo. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSaludos.
V.